Para empezar, lo principal y fundamental es estimular todos los sentidos. Una vez, que los tengas todos estimulados, crearás un ambiente y una tensión excitante. El grado de erotismo estará elevado.
Intenta prohibir algunas conductas, a veces el sentir que estamos bajo el poder de otra persona, crea más excitación. Algunos de los límites son los siguientes:
- No hacer sexo oral
- No besar en la boca
- Penetración nula
- Prohibir tocar la zona genital de la masajista
Los masajes eróticos son juegos de roles, para ello, debemos recrear un ambiente acorde a ese juego.
Debemos seleccionar una música relajarte, después, elegir un aroma acorde al momento y después, una sutil selección de velas, para crear un ambiente más tantra, relajado y tenue.
Otro dato importante, sería añadir espejos, así, potenciaremos el erotismo y poder observar desde diferentes perspectivas.
RECUERDA
Todo se reduce a un juego, debes tomar el papel sensual, con movimientos sensuales, es más, deberás mostrarte con seguridad y calma. Trasmitiremos toda nuestra energía, calma y sensualidad a nuestro cliente. La expresión corporal juega un importante papel.
PRIMEROS PASOS
Debemos conectar con su cuerpo y sincronizar la respiración. Las plumas con movimientos suaves es un arma de seducción. Además, se trata de hacer desconectar al cliente del mundo exterior, de inventarse un mundo para él/ella.
Simplemente, debes conocer a esa persona, prestar atención a sus gustos e interpretarlo. Puede ser un juego bastante placentero, la suavidad y los «tira y afloja», seducción e insinuación harán el resto.
Por último, deberá gustarte lo que haces, disfrutarlo, porqué eso será lo que trasmitas. Tus manos y tu cuerpo, hablarán de tus ganas y entusiasmo.